domingo, 1 de febrero de 2009

Sábados


Extisten ciertas fotos que me recuerdan los amaneceres en los cuales el color que inunda tu habitación es tan calido y apaciguador como una buena mañana de sábado. Desde hace bastantes años, soy conciente de la suavidad amarilla que inunda el ambiente los sábados cuando te levantas.

Recuerdo las cortinas pesadas del apartamento de mis padres, una tejido color caramelo que dejaba a los rayos del sol atravesar suavemente sus fibras, para bañar el espacio con esa sensacion de calidez táctil que percibo cuando, aún hoy, cierro los ojos y me transporto unos cuantos años atrás. Hoy, lejos de aquel espacio apacible, todavia siento en el color amarillo de las mañanas de los sábados, la placida sensación de la alfombra bajo mis pies descalzos, el olor a huevos del desayuno y la tranquilidad de que todo esta bien, y que mis preocupaciones no pueden ir mas allá de la puerta de mi casa.

Sentado, mirando hacia el cielo, veo como el tejido natural de los áboles tamiza la luz amarilla que me llega hasta la cara, para recordarme lo bien que se siente, estar en un sábado mas, como aquellos gloriosos en el apartamento de mis papas.

1 comentario:

Con amor dijo...

Aquí te esperamos, no sólo los sábados....
Te amo,