miércoles, 15 de agosto de 2007

BERLIN, la ciudad

by Jairoa Alguien, me describió Berlin como una ciudad en tensión en decadencia, como una ciudad en donde la tormenta se convierte en calma. Es cierto, la tormenta del pasado ha dejado de ser tormenta y mas parece un tormento, una carga pesada que llevan muchos alemanes y de la cual no pueden liberarse. Pero no por ello se hechan a la pena, al contrario es eso y su propia templanza lo que los lleva a mostrar una ciudad como su capital, Berlin.

Berlín, es una ciudad en premanente construcción, reconstrucción y cambio. Es una ciudad llena de nuevos espacios, llena de grandes y trágicos significados. Es una ciudad que parece ser el medio para crear una sociedad, no es la ciudad fin, es decir no es una ciudad postal, no esta armada para venderse como objeto. La capital alemana parece una ciudad con dignidad, una ciudad para sus habitantes y por supuesto para sus visitantes. Es una ciudad abierta, es el ave fenix que renace de sus cenizas.
Muy al contrario que otras ciudades Europeas, la ciudad es amplia, de corte imperialista, desde el imprerio Prusiano hasta hoy, encontramos grandes vias, grandes plazas y grandes espacios publicos que dan gran igualdad a toda la sociedad. Claro esta que los inicios de este urbanismo es un poco controlador, pero a su vez incluye en un solo grupo a toda la sociedad, no discrimina, todos son el pueblo y el pueblo mismo se ha encargado de tomar su parte en la ciudad y llenarla de gente, de actividad y de igualdad.

Las huellas de la guerra siguen quedando en la ciudad, EL MURO, es ahora una cicatriz inborrable en la ciudad, cuya finalidad es la de recordarnos lo que puede suceder cuando perdemos la cabeza. El paso tan sencillo sobre una franja de adoquines, fue causal de la muerte de muchisimos berlineses que ahora descansan y son recordados en innumerables monumentos que por la ciudad existen. Berlín es una ciudad de zonas verdes y espacios libres, de edificios abandonados y de museos increibles.
Decir que conocí todo Berlín sería una mentira de grandes proporciones, pero decir que creo que percibí Berlín, puede no estar tan lejos de la realidad. Y varias cosas de esa percepción me dejan maravillado, agradecido por haber estado en ese lugar. Claro quisiera tener claras las ideas y los sentimientos para poder describirlo tan claramente pero bueno una cosa son las palabras. Una de aquellas cosas que me encantaron de la ciudad, es ver como la maleza crece por muchas partes, existen lotes abandonados al lado de otros construidos en donde la naturaleza empieza a ascender por las fachadas, hay parqueaderos que convinan el pavimento y las flores salvajes que crecen si estorbar a nadie, el rio tiene en sus costados, grandes edificios, paseos increibles y naturaleza de toda indole. Al lado del metro puedes encontrar un lote valdío o un conjunto de casas con jardines o edificios con cafes y restaurantes en su primer piso. No es facil decribir tantos espacios en un artículo, pero es increíble, ver como se conjugan en la ciudad espacios de diferentes tiempos y diferentes estilos y como en conjunto hacen una ciudad tan imponente. En el centro, encontramos el eje que arma la ciudad, la Avenida Under Van Linden, la calle que nace en la Puerta de Brandenburgo, pasa por la biblioteca, por la Universidad Humbolt, por los Palacios de la Princesa y el Principe, por la Isla de los Museos y por el río, en donde se proyecta con otro nombre, dirigiendose hacia lo que fuera la Berlin Oriental. De la puerta de Brandenburgo hacia "afuera", el parque Tiengarden, antiguo espacio de caza de Guillermo I y tras el la zona Occidental de Berlin, con la catedral bombardeada y los edificios de corte comercial.


El cambio entre las dos zonas de la ciudad, este y oeste en su momento sigue siendo perceptible, claro en pequeños detalles pero para un buen observador es de gran emoción encontrarse con un cambio de zona. Por una parte la arquitectura sovietica, de corte igualitario, altos edificios iguales, sin distinciones y por otra un detalle de corte educativo para quienes habitaban el este, los semáforos peatonales. Un personaje, Ampelman, es quien aparece en las luces, en estado de pare o en caminando, dando ejemplo a los niños de como seguir las normas. Es este personaje quien aparecia en las campañas del estado para enseñar a los niños del nuevo sistema lo que se debería o no hacer. Es el hombre ejemplo. Asi que cuando cruzas una calle en Berlin, puedes encontrar el sencillo morraquito de un hombre rojo y verde o al Ampelman, en los mismos colores, mostrandote como y cuando debes atravesar. Lo importante para mi, al fin y al cabo fue ir, y justamente atravesar, fronteras, vias, muros y calles. En cualquier caso, el semáforo esta en verde.








2 comentarios:

Juan David Villa dijo...

Por acá de nuevo, degustando un nuevo relato...

La Berlin que yo conocí, aún siendo la misma, estuvo mucho más cercana (en el tiempo) a la presencia de tan imponente muro; a la evidencia del discurrir disparejo del tiempo en cada una de sus caras; a la euforia de una "muralla" recién caida; al encuentro de esos dos mundos.....

Gracias por hacer que esos recuerdos volvieran a mí....

debolichesycopas dijo...

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