Por detrá, un claustro nos recuerda los espacios imperiales. Grandes caminos, arcadas y una naturaleza controlada son el paisaje que se ve desde la Hospedería que se encuentra enclavada en lo alto de la montaña. Adelante la Cruz se posa sobre una nube, que justamente pareciera ser el continente Americano, sea un llamado o una coincidencia, la precencia de lo uno y lo otro complementa de manera significativa una imagen sencilla, profunda en su perspectiva y dadivosa en su concepto.
Yace en el propio monumento, dentro de la Abadía, el mismo Franco.
Además de la Gigantezca Cruz que vemos, podemos recorrer una increíble abadie enterrada en la montaña y podemos disfrutar del paisaje montañoso que se despliega desde este lugar. Un Gran Plaza abraza al visitante y le invita a la contemplación de la grandeza del hombre y de la grandeza de la naturaleza, del mismo Dios.
1 comentario:
Muy chevere monito, a falta de plata para salir a viajar, buenos son los corresponsales en el extranjero, jajajajaja
Un abrazo
JDV
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